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¿Por qué tenemos miedo?
¿Por qué tenemos miedo y para qué sirve? ¿Es lo mismo miedo que ansiedad? ¿Por qué tenemos ansiedad? ¿Qué cosas nos causan miedo o ansiedad? ¿Se puede dejar de tener ansiedad? ¿Por qué tengo tanta ansiedad? En este artículo encontrarás respuestas a todas esas preguntas y veremos cómo podemos manejar la ansiedad.
10/25/20244 min read
¿Por qué tenemos miedo y para qué sirve?
Al igual que con el resto de emociones, tenemos miedo porque nos ayuda a sobrevivir. Imagina un mono en la selva bebiendo agua de un rio, tranquilo, cuando de repente oye un ruido cerca suya. Este ruido dispara una respuesta de miedo, lo que lo activa, todo su cuerpo se pone en alerta, se dilatan sus pupilas, su sangre se dirige hacia sus extremidades y entonces consigue ver que hay un puma acechando a su lado a punto de lanzarse a por él. El mono consigue saltar rápidamente a la rama de un árbol y así es como ha sobrevivido gracias al miedo.
Otro mono que carezca de esta emoción, habría seguido tranquilo sin prestar especial atención al ruido y habría terminado siendo devorado por el puma. Es por esto que evolutivamente hemos sobrevivido las personas que tenemos miedo y aun que este tenga una función clara, en algunas ocasiones, un exceso de miedo también puede acabar siendo perjudicial, limitándonos enormemente.
¿Es lo mismo miedo que ansiedad? Diferencia entre miedo y ansiedad
Por otra parte, es importante distinguir entre miedo y ansiedad, tenemos miedo cuando estamos frente a un peligro claro y visible, mientras que la ansiedad, siendo también una respuesta de activación (el efecto en nuestro cuerpo es exactamente igual), se dispara ante un peligro anticipado, es decir, es una respuesta de activación ante un peligro imaginado y no visible.
¿Por qué tenemos ansiedad?
Volviendo al ejemplo del mono, si el mono que ha conseguido escapar del puma, vuelve a beber agua al mismo punto del rio, este puede sentir la misma respuesta de activación que cuando tuvo miedo al oír el ruido, pero sin oír ningún ruido, anticipando la posibilidad de que un puma ande cerca, el mono estaría sintiendo ansiedad. Su cuerpo se ha preparado ante un posible peligro imaginado que no puede ver. Esto es igualmente útil para la supervivencia, ya que el mono puede estar alerta cuando se acerca al territorio donde suele estar el puma aunque éste no lo vea directamente, lo que le puede salvar la vida en más de una ocasión, y justo por eso sentimos ansiedad.
¿Qué cosas nos causan miedo o ansiedad?
Aunque el miedo tenga un origen evolutivo, a lo largo de nuestra vida aprendemos ante qué situaciones debemos tener miedo y ante cuáles no. Por ejemplo, un niño al que le ha mordido un perro probablemente sienta miedo al acercarse a cualquier perro, ha aprendido a sentir miedo ante los perros. pero esto no significa que vaya a sentir miedo siempre que se acerque a un perro durante el resto de su vida, como veremos en detalle más adelante.
También podemos tener esta misma respuesta de activación (miedo o ansiedad) ante situaciones más complejas o abstractas, como el miedo al fracaso, el miedo a la muerte o el miedo a las interacciones sociales, esto también depende de nuestra historia de aprendizaje, y en algunas ocasiones estos miedos pueden acabar siendo muy limitantes, generando un sufrimiento muy alto e interfiriendo en la vida de las personas.
¿Se puede dejar de tener miedo?
La respuesta es sí, se puede dejar de tener miedo ante determinadas situaciones a las que hemos aprendido a temer. Pero es importante no confundir esto con dejar de sentir miedo ante todas las situaciones para siempre, eso es imposible, todos sentimos miedo y ansiedad ante ciertas situaciones y esto es algo útil que no tiene por qué generarnos un sufrimiento excesivo ni ser limitante, y como hemos visto en el ejemplo del mono, esto puede ser muy útil en algunas situaciones.
¿Por qué tengo tanto miedo?
Volviendo al ejemplo del niño con miedo a los perros. Al igual que ha aprendido que "los perros son un peligro" también puede comprobar que eso no tiene por qué ser así y dejar de sentir miedo ante los perros. Esto depende de cómo se comporte tras tener esa mala experiencia con un perro, digamos que tiene dos posibles caminos a seguir, el camino de la evitación o el camino del afrontamiento.
En el camino de la evitación, el niño comenzará evitando acercarse a los perros grandes, así siente que se mantiene a salvo, y cada vez que evita acercarse a un perro grande, piensa que se ha salvado de un mordisco gracias a no haberse acercado. Esto desarrollará su miedo, aumentando más y más con cada evitación, por lo que acabará evitando todo tipo de perros, grandes o pequeños. Puede alcanzar un punto en el que no pueda cruzar por la misma acera donde haya un perro, no ir a casa de un amigo porque tenga perro o no salir a la calle porque su vecino está paseando a su perro cerca. El camino de la evitación no sólo mantiene nuestros miedos, sino que los aumenta más y más con cada evitación.
Cómo dejar de tener miedo
Por otro lado, el camino del afrontamiento consistiría en ir acercándose a los perros aunque estos le generen miedo. De esta forma, al ir comprobando una y otra vez que al acercarse a los perros estos no le muerden, aunque sienta miedo al hacerlo, el niño irá sintiendo menos miedo con cada aproximación o cada afrontamiento de su miedo. Y esto sucede con todos nuestros miedos, también con los que son más complejos o abstractos como el miedo al fracaso o el miedo a las interacciones sociales.
La manera de dejar de tener miedo y ansiedad es afrontando las situaciones que nos generan este miedo o ansiedad, en lugar de evitarlas. Es importante destacar que algunas situaciones nos generan miedo de forma innata, como el miedo a las alturas o el miedo que sentimos en una situación de violencia, y aunque afrontando estas situaciones podemos lograr reducir mucho la respuesta de miedo, al estar en lugares muy altos o al presenciar una agresión es normal que sintamos cierta activación, pero esta activación no tiene por qué generarnos sufrimiento ni interferir en lo que queremos hacer, y esto forma parte del repertorio de miedos útiles, sin los cuales correríamos un grave peligro en muchas situaciones arriesgadas.
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